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Universidad de las Islas Baleares U:I:B
Los titulares de las noticias de los últimos años permite hacerse una idea de los diversos aspectos que preocupan a la sociedad. En el transcurso de la última década, se han planteado dudas relativas a los efectos sobre la salud de numerosas fuentes de campos electromagnéticos, como las líneas de conducción eléctrica, los hornos de microondas, las pantallas de computadora y de televisión, los dispositivos de seguridad, los radares y, más recientemente, los teléfonos móviles y sus estaciones base.
En el medio en que vivimos, hay campos electromagnéticos por todas partes, pero son invisibles para el ojo humano. Se producen campos eléctricos por la acumulación de cargas eléctricas en determinadas zonas de la atmósfera por efecto de las tormentas. El campo magnético terrestre provoca la orientación de las agujas de los compases en dirección Norte-Sur y los pájaros y los peces lo utilizan para orientarse.
Además de las fuentes naturales, en el espectro electromagnético hay también fuentes generadas por el hombre: Para diagnosticar la rotura de un hueso por un accidente deportivo, se utilizan los rayos X. La electricidad que surge de cualquier toma de corriente lleva asociados campos electromagnéticos de frecuencia baja. Además, diversos tipos de ondas de radio de frecuencia más alta se utilizan para transmitir información, ya sea por medio de antenas de televisión, estaciones de radio o estaciones base de telefonía móvil.
Subdirección de Salud Pública de Bizkaia
Los campos electromagnéticos puedan desencadenar efectos biológicos. La controversia está en si bajos niveles de exposición a largo plazo pueden o no provocar respuestas biológicas e influir en el bienestar de las personas. Los principales efectos biológicos que producen las radiaciones no ionizantes son calentamiento, alteración de las reacciones químicas o inducción de corrientes eléctricas en los tejidos. Algunas personas han atribuido un conjunto difuso de síntomas (dolores de cabeza, ansiedad, suicidios y depresiones, nauseas, fatiga y pérdida de la libido) a la exposición de baja intensidad a campos electromagnéticos en el hogar. Se ha informado de casos de irritación ocular general y cataratas en trabajadores expuestos a niveles altos de radiación de radiofrecuencia y microondas. Determinadas personas afirman ser "hipersensibles" a los CEM, achacando dolores, cefaleas, depresión, letargo, alteraciones del sueño e incluso convulsiones y crisis epilépticas a la exposición a éstos. La existencia o no de efectos cancerígenos es muy controvertida. Algunos estudios epidemiológicos sugieren un pequeño incremento del riesgo de leucemia infantil asociado a la exposición a campos magnéticos de baja frecuencia en el hogar por lo que en el 2001 la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la OMS (IARC) clasificó a los campos magnéticos de frecuencia extremadamente bajas (ELF) como posibles cancerígenos en seres humanos (2B). En el mes de mayo de 2011 esta misma agencia ha clasificado los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como posibles cancerigenos (grupo 2B), haciendo especial hincapié en los teléfonos móviles e inalámbricos.
Los principales efectos según las distintas fuentes de exposición:
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Los campos magnéticos estáticos de alta intensidad pueden producir ligeras alteraciones de los latidos cardíacos y un aumento del ritmo cardíaco anormal (arritmia), pudiendo llegar en algunos casos a poner en peligro la vida del paciente (fibrilación ventricular).
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Campos de frecuencia extremadamente baja (ELF) hasta 300Hz. Existen escasas pruebas experimentales confirmadas de que estos campos afecten a la fisiología y el comportamiento humano a las intensidades habituales en el hogar. Fueron catalogados por la IARC en el grupo 2B de carcinogenicidad basándose en estudios epidemiológicos en niños.
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Campos de frecuencia intermedia (cocinas de inducción doméstica, bombillas de ahorro energético, sistemas de seguridad). Pueden inducir corrientes eléctricas en el cuerpo humano, produciendo a partir de una cierta intensidad, excitaciones nerviosas y musculares. No hay datos sobre los efectos de la exposición a largo plazo a CEM de frecuencias intermedias ya que el número de estudios realizados hasta la fecha es muy escaso.
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Campos de radiofrecuencias, el uso de fuentes de radiofrecuencia está muy extendido. La exposición a estos campos se diferencia según operen cerca del cuerpo como los teléfonos móviles, la telefonía inalámbrica, los dispositivos Wi-Fi etc. o lejos como las antenas. El cambio continuo de tecnología conduce a patrones cambiantes de la exposición de la población a largo plazo. En general las tecnologías más avanzadas disminuyen la exposición. En el caso de los teléfonos móviles, la cantidad de energía de RF a la que una persona está expuesta depende: del tiempo que se usa el teléfono, del modelo del teléfono, de la cercanía a la cabeza, de la distancia de la antena más cercana: (cuanto más alejada se encuentre la antena, se requerirá de más energía para conseguir una señal adecuada), y de la cantidad del tráfico de señales de telefonía en una región en cierto momento. En relación al efecto a largo plazo, la IARC ha catalogado a los campos electromagnéticos de radiofrecuencias como posible cancerígeno para los humanos (grupo 2B) en el mes de mayo de 2011.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
Decreto 195 DE 2005 por el cual se adopta límites de exposición de las personas a campos electromagnéticos, se adecuan procedimientos para la instalación de estaciones radioeléctricas y se dictan otras disposiciones.
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Que conforme a lo dispuesto en el artículo 149 de la Ley 09 de 1979, "todas las formas de energía radiante, distintas de las radiaciones ionizantes que se originen en lugares de trabajo, deberán someterse a procedimientos de control para evitar niveles de exposición nocivos para la salud o eficiencia de los trabajadores